La Alta Capacidad intelectual se expresa en distintos perfiles heterogéneos de Superdotación ( el más complejo) y Talento (simple o compuesto) con un funcionamiento resolutivo diferencial entre ellos y respecto a la inteligencia media tanto cuantitativa como cualitativamente. 

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Castelló (2008) afirma: "La Superdotación se caracteriza y define por la existencia de diferencias en la capacidad intelectual del sujeto y, sobre todo, por su funcionamiento. Se identifica con una capacidad intelectual globalmente situada por encima del percentil 75  en todos los ámbitos de la inteligencia, tanto convergente (lógica-deductiva) como divergente (creatividad), lo que supone que está multidimensionalmente configurada por la combinación de diferentes aptitudes cognitivas: lingüística, numérica, espacial, creativa, lógica etc. Su manifestación no es homogénea ni hay un prototipo, porque su perfil es multidimensional y su expresión es el producto de esa interacción continuada entre factores neurobiológicos, motivacionales y ambientales. 

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Dado que la Superdotación es más que una alta habilidad intelectual lógico-deductiva, el CI no es una medida suficiente para identificarla, porque solo se hace referencia a alguna aptitud dentro de ésta. En cambio, el CI se comporta mejor para identificar el talento académico o algunos de los talentos simples de carácter lógico-deductivo, numérico, verbal,espacial, memoria etc, no así el creativo. En consecuencia, el nuevo paradigma tiene implicaciones prácticas en cuanto a la identificación en tanto no puede hacerse mediante tests de CI o de rendimiento académico, sino multidimensionalmente, atendiendo a la creatividad, actitudes y respuestas a la educación. (Sastre-Riba)

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Gagné y Munich proponen que la alta capacidad, como potencial, tiene un valor predictivo moldeado por las características del entorno social, el reconocimiento de los padres e iguales y rasgos de personalidad y motivación, que dan lugar a lo largo del desarrollo a distintos resultados más o menos acorde y especializados, con esa inicial potencialidad que puede permanecer latente, ser emergente o manifiesta. Es decir, en su expresión contribuyen unos factores predictores, como la potencialidad intelectual general o especifica, la creatividad y la gestión de estos recursos, pero también hay unos moduladores psicosociales, como la motivación hacia la tarea, intereses, esfuerzo, oportunidades de acceso a la educación, recursos adecuados y suerte que los nutren y posibilitan o no.

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Sternberg (2003) en su modelo de superdotación y creatividad, conceptualiza la superdotación como una síntesis de sabiduría, inteligencia y creatividad, de manera que la segunda permite el pensamiento analítico y juzgar la calidad de las ideas, mientras que la creatividad permite formular problemas y soluciones adecuados. En consecuencia, incluye tanto el funcionamiento intelectual convergente como el divergente en la resolución de problemas y consolida el papel central de la creatividad en los paradigmas modernos de alta capacidad.