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Mitos y Tópicos sobre Altas Capacidades

1. Un alumno se considera superdotado si en el test de inteligencia obtiene un cociente intelectual igual o superior a 130.
Para diagnosticar a un superdotado no es suficiente el criterio psicométrico o cuantitativo aplicado hasta los años 70 del siglo XX. En la actualidad, el CI es un dato más que se ha de complementar, necesariamente, en el diagnóstico clínico completo que pondrá de manifiesto el mayor número posibles de las variables de la excepcionalidad. 
 
El perfil complejo (multidimensional) de la superdotación es producto de la permanente interacción entre factores cognoscitivos, emocionales, motivacionales, neurobiológicos y ambientales.
"La noción clásica según la cual una persona es superdotada si presenta un cociente intelectual elevado no tiene ningún soporte desde la perspectiva actual. Cociente intelectual y factor "g" son buenos indicadores  de la inteligencia académica , del razonamiento lógico, de la inteligencia cultural pero no miden toda la inteligencia general. Por tanto, son indicadores del talento (el académico) pero no de la superdotación" (Genovart- Castelló)
De una valoración psicométrica no es posible deducir medida educativa alguna. Las definiciones científicas establecen: "Solo del Diagnóstico Clínico es posible deducir las medidas educativas necesarias. Con frecuencia se pone de manifiesto el error de la medida educativa que inicialmente se había tomado únicamente en base a la previa evaluación psicopedagógica"
 
2.  Para considerar un alumno de alta capacidad debe tener un alto rendimiento académico escolar
Afirma el Profesor Tourón en su artículo "El rendimiento de los Superdotados"publicado en la Vanguardia el 16 de Febrero del 2006: " La Superdotación es un proyecto, una potencialidad que solo se actualizará si se dan las condiciones adecuadas para ello"
"Confundir potencial con rendimiento es como no distinguir entre la potencia y el acto".
 
"Por supuesto que un niño de alta capacidad en el ámbito que queramos considerar, no solo académico o intelectual, puede tener bajo rendimiento, que es síntoma evidente de su desadaptación con el medio, particularmente con la escuela en la que está y que, con mucha probabilidad, está orientada al alumno medio"
"Por ello,  es tan grave como erróneo establecer legislativamente  el rendimiento como condición para determinar que un alumno es o no es de alta capacidad (superdotado si se quiere). Todas las disposiciones que señalan tal cosa dan la espalda a la investigación científica sobre este particular".
No hay ningún niño superdotado con las características de esta ley. Si algún niño las cumpliera no sería superdotado, acaso sería un talento académico. El rendimiento escolar del superdotado es el reto de la escuela que debe aceptar, mediante la adaptación curricular centrada en la forma  diferente en que su cerebro recibe, procesa y evalúa la información posibilitando así el rendimiento.
3. No es necesario hacer nada en la escuela con un alumno superdotado o de altas  capacidades porque tiene más probabilidades de éxito escolar.
El Doctor Ingasi Puigdellivol i Aiguadé, Catedrático de Pedagogía de la UB corrige: " Es muy importante que se diagnostique a los niños con altas capacidades a fin de poder activar acciones educativas, porque si no, muchas de estas personas pueden llegar a sufrir problemas de conducta o bien pueden llegar al fracaso escolar, cosa desgraciadamente frecuente".
"En España hay unos trescientos mil alumnos superdotados  de los que se han diagnosticado solo unos dos mil. El setenta por ciento de ellos tienen bajo rendimiento escolar, y entre un treinta y cinco y un cincuenta por ciento se hallan en el fracaso escolar"
 
4. Ofrecer a los alumnos superdotados y de altas capacidades la adaptación curricular que necesitan es muy difícil
El Catedrático  de Pedagogía de la Universidad de Barcelona, Dr Ignasi Puigdellivol afirma: "Si en la escuela y los servicios que están alrededor de la escuela se llevaran a cabo determinadas acciones, afrontar esta realidad no sería tan complicado".
Los buenos maestros y profesores  disfrutan con estas adaptaciones currículares que promueven la capacidad profesional de los docentes y en la necesaria interacción con el conjunto  del aula potencian el rendimiento de todos 
5. Los alumnos superdotados y de altas capacidades  son más inteligentes, que se adapten ellos
El Dr Juan Luis Miranda Romero, médico psiquiatra, perito judicial, Profesor Universitario, Presidente del Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades afirma: " La situación del alumno de alta capacidad intelectual que no recibe la programación y las formas, ritmos y estilos de aprendizaje diferentes que requiere, sino que, por el contrario, se le imponen otras muy diferentes (los programas, estilos y ritmos estándars) provoca "tener que esforzarse permanentemente en ser como los demás" ( en ser como uno no es), tener que decidir bajar la propia capacidad  o tener que "restringir el propio desarrollo de su enorme potencialidad". 
Ello propicia, además de la Disincronía Escolar que interacciona con la Disincronía Interna, el Síndrome de la Difusión de la  Identidad , descrito por Otto Kernberg, Presidente de la Sociedad Psicoanalítica Internacional.
5.Si un niño sale diagnosticado como superdotado o de precocidad intelectual le pasamos de curso o le aumentamos los contenidos y ya está
Esto es un grave error  que se produce con frecuencia. La aceleración o salto de curso o dar más tareas o contenidos al alumno superdotado o de precocidad intelectual puede ser la solución más fácil, más cómoda y más barata para el profesor pero no es la solución educativa que necesita el alumno superdotado o de precocidad intelectual
"La aceleración resulta adecuada para niños con talento académico, pero no para otros tipos de talento y mucho menos para la superdotación".
Es pues fundamental  no confundir  la adaptación curricular focalizada en los estilos de aprendizaje que necesitan los superdotados y de precocidad intelectual con la ampliación curricular de los alumnos con talento académico. Al alumno superdotado una ampliación curricular basada en un aumento cuantitativo de las tareas o de los contenidos, le puede ser muy dañina, pues además de desatender sus principales necesidades, que son las intelectuales  cualitativas, el mero incremento cuantitativo incidirá en el aburrimiento, la desmotivación y la Disincronía Escolar.
6. En Educación Infantil no merece la pena que le hagamos ninguna adaptación curricular. Es pequeño, ya se le hará cuando sea mayor.
El nuevo Paradigma de la Neurociencia ha puesto de manifiesto que el desarrollo del cerebro no es lineal, como se creía, sino que hay momentos clave para desarrollar determinadas habilidades y que las experiencias tempranas tienen un impacto decisivo en la arquitectura del cerebro y en el grado de capacidadespara la vida adulta. 
Las interacciones tempranas no solo crean contexto sino que afectan a cómo se cablea y se interconecta el cerebro. La actividad del cerebro niño cuando alcanza los tres años es dos veces superior a la de los adultos. Las ventanas de oportunidades (windows of opportunity), específicas de 0 a 3 años, no se abrirán más allá de esta edad.
7. No podemos hacer esta adaptación curricular a este niño de alta capacidad pues ya es bastante diferente de los demás y todavía lo haríamos más diferente.
La adaptación curricular no hace más diferentes a los niños superdotados, al contrario, es el medio que, reconociendo el valor positivo de las diferencias  personales de cada uno, en la interrelación permanente con los demás, posibilita y promueve la sociabilización de todos.
El principio de igualdad de oportunidades exige que a cada alumno se le facilite lo que necesite.
8. No podemos hacer algo diferente en relación a un alumno. Hemos de hacer lo mismo con todos porque tenemos que ser justos.
Como indica el Dr Tourón: "Igual de injusto es el trato desigual de los iguales que el trato igual de los desiguales".
La justicia nada tiene que ver con la igualación forzosa  de los que son diferentes. 
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